Los agricultores de EEUU se preparan para las consecuencias de la guerra comercial de Trump

Las amenazas de aranceles generan incertidumbre y preocupación en el cinturón agrícola, especialmente en Iowa.

Cosechadoras de trigo en EEUU.
Foto: Andy Sacks/Getty Images

La reciente amenaza de Donald Trump de imponer nuevos aranceles a México y Canadá ha puesto en alerta a los agricultores estadounidenses, especialmente en los estados del medio oeste como Iowa, donde la economía agrícola es fundamental. Según declaraciones de un agricultor de la región llamado Aaron Lehman recogidas por Financial Times, “las relaciones comerciales se pueden deteriorar rápidamente”, dejando a Estados Unidos vulnerable ante posibles represalias. La medida afectaría profundamente a la industria agrícola, ya que México, Canadá y China son los principales compradores de productos agrícolas estadounidenses, representando la mitad de las exportaciones de este sector. En 2023, las ventas de productos agrícolas a estos países superaron los 85 mil millones de dólares, según la American Farm Bureau.

Este clima de incertidumbre no es nuevo para los agricultores de Iowa, quienes ya vivieron los efectos negativos de la guerra comercial con China durante el primer mandato de Trump. En ese entonces, Pekín impuso aranceles a productos clave como la soja, el cerdo y el maíz, afectando gravemente el mercado. Aunque se firmó un acuerdo comercial en 2020 que prometía un aumento en las compras de productos estadounidenses, muchos agricultores creen que los competidores de América Latina, como Brasil y Argentina, han tomado el lugar de EEUU en el mercado asiático, especialmente en la exportación de maíz.

A pesar de la creciente preocupación, algunos agricultores aún apoyan las políticas de Trump, como el uso de tarifas para presionar a otros países en temas como la “inmigración ilegal”. Sin embargo, la posibilidad de que los acuerdos con México y Canadá no se materialicen en el corto plazo genera escepticismo en la región. La situación económica ya es difícil para los agricultores, con precios bajos en los cultivos y costos elevados para insumos como fertilizantes y semillas. Las expectativas son sombrías, y muchos se preparan para lo peor, a pesar de que algunos aún esperan que la situación mejore con hipotéticos acuerdos comerciales más favorables para ellos.