Más de 160 trabajadores de la salud de Gaza, incluidos médicos y paramédicos, permanecen detenidos en prisiones israelíes, según la ONG Healthcare Workers Watch (HWW). La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha expresado su “preocupación” por las condiciones de detención y los abusos a los que son sometidos los profesionales de la salud, denunciados por quienes han logrado ser liberados. Las organizaciones internacionales califican estas detenciones como ilegales, ya que violan las normas del derecho internacional, que “protegen” a los trabajadores médicos durante los conflictos, pero que no tienen poderes ejecutivos para castigar a quienes los incumplen; en este caso, el Estado de Israel.
Varios testimonios, incluidos los de médicos de alto rango como el Dr. Mohammed Abu Selmia, director del hospital al-Shifa, relatan abusos extremos como palizas, torturas y privación de alimentos. Según las denuncias, muchos de los detenidos han sido sometidos a tratos inhumanos y a condiciones de prisión extremas. La ONU y la OMS han señalado que estos abusos agravan la crisis humanitaria en Gaza, al impedir que los profesionales médicos puedan atender a la población afectada.
El ejército israelí ha defendido estas detenciones, argumentando que “son necesarias para garantizar la seguridad de Israel” y procesar a “terroristas”. Sin embargo, organizaciones de derechos humanos y expertos internacionales insisten en que estas prácticas contribuyen al colapso del sistema de salud en Gaza, ya de por sí en estado crítico, con graves consecuencias para la población civil.
