El líder histórico del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), Abdullah Öcalan, ha publicado un comunicado en el que insta a la disolución de la organización y al abandono de la lucha armada. Según el documento, el PKK, que surgió en el siglo XX en un contexto de represión y conflictos ideológicos, “ha agotado su ciclo histórico” y debe buscar “una integración política y social”. Öcalan sostiene que “la existencia de un espacio democrático es la única vía para garantizar los derechos de identidad, libre expresión y organización política de la población kurda en Turquía”.
El comunicado subraya que el surgimiento y la persistencia del PKK respondieron “al cierre de los canales democráticos en Turquía”, lo que llevaría a “la radicalización del movimiento”. Sin embargo, Öcalan menciona que “el segundo centenario de la República solo puede lograr una continuidad fraterna y permanente si se corona con la democracia”, descartando “cualquier solución basada en el nacionalismo, el federalismo o la autonomía administrativa”. En este sentido, llama a “reconstruir la relación entre turcos y kurdos en un marco de fraternidad”, “sin imponer barreras ideológicas o religiosas”.
Öcalan enmarca su llamamiento en el actual debate político turco y hace referencia explícita al “llamamiento del señor Devlet Bahçeli”, así como a “la voluntad expresada por el señor Presidente y las aproximaciones positivas de otros partidos políticos”. En este contexto, asume la “responsabilidad histórica” de “pedir el desarme total de todas las facciones armadas y la disolución del PKK mediante un congreso interno”. Su mensaje finaliza con un saludo a “todos los sectores de la sociedad que creen en la convivencia y escuchan este llamamiento”.
