El ministro de Energía del Estado de Israel, Eli Cohen, ha ordenado el cese inmediato del suministro eléctrico a la línea de Kissufim, que abastece a dos plantas desalinizadoras en la Franja de Gaza, según informó Drop Site. Estas instalaciones, con apoyo de UNICEF, proporcionan agua potable a los palestinos de Deir el-Balah y Khan Younis. Cohen declaró lo siguiente en la televisión israelí: “Usaremos todas las herramientas para garantizar el regreso de los rehenes y la eliminación de Hamas en Gaza”.
Un portavoz del comité de personas desplazadas en el centro de Gaza advirtió que esta medida “agravará significativamente la crisis humanitaria”. Antes de octubre de 2023, el Estado de Israel controlaba el 50% del suministro eléctrico de Gaza, pero tras la operación Inundación de Al Aqsa emprendida por la Resistencia Palestina, el ocupante cortó las diez líneas eléctricas existentes.
A finales de 2023, se realizaron reparaciones temporales en la línea Kela/Kissufim, que ahora ha vuelto a ser desactivada. Según medios israelíes, el gobierno de Benjamín Netanyahu está evaluando restringir aún más el acceso al agua en Gaza. Cohen añadió: “Mientras nuestros rehenes no sean liberados, a los gazatíes les queda el mar para beber”.
