Según los últimos datos publicados por Eurostat, en el tercer trimestre de 2024 la deuda pública de la zona euro (EA20) se situó en el 88,2% del PIB, cerrando el año con una tendencia alcista que no se veía desde el 2019 con la COVID. Para el conjunto de la Unión Europea (UE), la ratio se ubicó en un igualmente creciente 81,6%. Entre los Estados miembros, destacaron Grecia (158,2%) e Italia (136,3%) con los niveles más altos, y Estonia (24,0%) y Bulgaria (24,6%) con los más bajos.
El déficit público también mostró cambios moderados, consiguiendo mantener la inercia de “recuperación” que lleva teniendo desde el segundo trimestre de 2020, donde obtuvo un déficit medio del 12,2% representando la cifra más alta de la serie con diferencia.
Aún asi, solamente cuatro estados miembro muestran superávit en sus cuentas públicas, mientras que todos los demás presentan balances negativos. A pesar del pequeño espejismo de mejora, las cifras de déficit público son un un 469% más altas que en 2019.
Para el último trimestre de 2024, la zona euro registró un déficit del 2,6% en proporción al PIB, mientras que en la UE el saldo negativo fue del 2,9%. Estas cifras apuntan a un ligero descenso respecto al segundo trimestre de 2024, cuando el déficit llegó a situarse en el 3,1% y 3,3%, respectivamente.
En cuanto a precios industriales, en enero de 2025 los precios del productor aumentaron un 0,8% tanto en la zona euro como en el conjunto de la UE respecto al mes anterior. Si se compara con enero de 2024, el incremento fue del 1,8% en ambos ámbitos, influido en gran medida por la subida de precios energéticos y de bienes intermedios.
Por último, la inflación anual de la zona euro alcanzó el 2,5% en enero de 2025, ligeramente por encima del 2,4% de diciembre de 2024. Entre los componentes, los servicios presentaron el mayor alza (3,9%), seguidos por los alimentos, alcohol y tabaco (2,3%), y la energía (1,8%).