La Operación Muro de Hierro, iniciada por el ejército de ocupación israelí el 21 de enero de 2025, se ha convertido en la intervención militar más extensa en Cisjordania en décadas, dejando un salto devastador en la vida palestina.
Según cifras recopiladas por el isnstituto ACLED, más de 40.000 personas han sido desplazadas forzosamente —la mayor cifra desde 1967—, con campamentos como Yenin, Tulkarem y Nur al-Shams reducidos a cenizas.
La destrucción incluye 800 de los 1.050 edificios de Yenin destruidos (76%) y 30 kilómetros de red vial arrasados en los tres campamentos. Organismos internacionales denuncian que la escala supera incluso la “Operación Escudo Defensivo” de 2002, que en 21 días desplazó temporalmente al 25% de la población de Jenin.
La violencia contra civiles se ha intensificado tras declararse una pausa en la actividad armada de la Resistencia Palestina el 2 de marzo de 2025. Desde entonces, las fuerzas coloniales han registrado más de 200 incidentes contra civiles desarmados, incluyendo disparos durante redadas y 50 explosiones controladas de infraestructura.
En Tulkarem y Nur al-Shams, 400 hogares han sido destruidos y 2.570 dañados parcialmente. La ONU critica que las tácticas, similares a las usadas en Gaza, aplican un “castigo colectivo” y exceden el marco policial, especialmente ante planes de mantener una ocupación militar por al menos un año en algunas áreas A y B de Cisjordania; territorios teóricamente bajo jurisdicción palestina según los Acuerdos de Oslo y las leyes internacionales, pero que el Estado de Israel sigue vulnerando.
Los datos, además, echan por tierra cualquier argumento relacionado con la narrativa de “amenaza inminente”. Entre octubre de 2023 y enero de 2025, el 70% de la actividad armada palestina ocurrió durante redadas israelíes, con tan solo 8 colonos abatidos y otros 20 heridos en ataques fuera de ese contexto.
Además, la capacidad ofensiva de la Resistencia Palestina en Yenin es relativamente baja por el momento: tan solo se han registrado dos ataques dentro de los territorios ocupados en 15 meses, con dos fallecidos.
Expertos señalan que la operación prioriza erosionar a la Autoridad Palestina, expandir asentamientos ilegales —con 900 puestos de control nuevos y confiscación récord de tierras— y reconfigurar demográficamente la región.