Tres trabajadores del servicio municipal de grúas de Sevilla mantienen desde el pasado lunes una huelga de hambre en el Ayuntamiento tras ser despedidos por la empresa Setex Aparki, adjudicataria del servicio desde febrero.
Los trabajadores, que contaban con contratos indefinidos, denuncian que la compañía vulneró su derecho a la subrogación, al cesarles el mismo día en que asumió la gestión.
La Confederación Nacional del Trabajo (CNT), sindicato que respalda la protesta, afirma que “la respuesta del Ayuntamiento ha sido el silencio” tras meses de escritos, concentraciones y solicitudes de reunión.
“Todo es mentira, es un cachondeo”, denuncia Inma ante El Salto. Es una de las afectadas, que asegura haber superado el periodo de prueba pese a que su despido se justificó por no haberlo hecho.
La CNT sostiene que la adjudicación a Setex Aparki se produjo a través de una licitación “anormalmente baja” —un 25 % inferior a la de otras empresas— lo que, a su juicio, compromete tanto los derechos laborales como la calidad del servicio.
La organización denuncia además irregularidades en el proceso de subrogación, como la firma en nombre de un trabajador por parte de un representante del Sindicato de Profesionales de Policías de España-Andalucía (SPPE-A), “sindicato” que representa actualmente a la plantilla.
La huelga de hambre, iniciada tras meses de movilizaciones, continuará “hasta las últimas consecuencias”, según los trabajadores, que exigen su readmisión y el cumplimiento íntegro de las condiciones laborales. La empresa Setex Aparki no ha ofrecido declaraciones públicas hasta el momento.
En enero, esta misma compañía fue denunciada por el sindicato UGT en Santander por despidos similares tras la adjudicación del servicio de grúas en esa ciudad.
Uno de los trabajadores ha sufrido un desvanecimiento este jueves mientras mantenía una huelga de hambre dentro del Ayuntamiento, según ha informado lavozdelsur.es este jueves al mediodía. Dos de ellos permanecen encerrados en el edificio municipal.
El Ayuntamiento, por su parte, se desmarca del conflicto al considerarlo “un asunto entre la concesionaria y los empleados”, y destaca “un incremento del rendimiento del servicio” desde el relevo empresarial.
