Salhaketa denuncia carencias estructurales y aumento de la población reclusa en la cárcel de Iruñea

El ‘Mapeo de la Realidad Penitenciaria de Navarra’ alerta sobre deficiencias en habitabilidad, atención sanitaria y programas de “reinserción”.

Vista aérea de la nueva prisión de Iruñera (Nafarroa), imagen de archivo.
Foto: Diario de Navarra

La asociación Salhaketa Nafarroa presentó este lunes en Civivox Condestable de Iruñea (Nafarroa) el informe Mapeo de la Realidad Penitenciaria de Navarra, elaborado por el Observatorio de la Realidad Penitenciaria. El estudio, centrado en el centro penitenciario local inaugurado en 2012, es el primero que analiza su funcionamiento desde su apertura.

La investigación combina datos oficiales, entrevistas a personas presas y ex presas, familiares, entidades sociales y representantes institucionales, así como quejas recogidas por la organización en su trabajo cotidiano. El informe aporta una radiografía detallada de la situación en el centro penitenciario de la Comunidad Foral.

Uno de los datos más destacados es el incremento sostenido de la población reclusa en Nafarroa desde 2007, con un aumento especialmente relevante en la cárcel de Iruñea, que actualmente alberga a más de 300 personas, superando su capacidad óptima recomendada y generando situaciones de hacinamiento.

El informe documenta deficiencias estructurales en el centro, como la infrautilización de algunos espacios, problemas de higiene y dificultades de accesibilidad, especialmente para personas con discapacidad.

En cuanto a la alimentación, se señala la baja calidad y la insuficiencia de los menús, mientras que en el ámbito sanitario se detecta escasez de personal médico, medicalización excesiva y falta de recursos para atender trastornos adictivos y de salud mental.

El estudio también recoge la persistencia de la presencia de drogas dentro del centro y la insuficiencia de programas específicos para abordar estas problemáticas.

En el plano educativo y de “reinserción”, el informe indica que la oferta de programas y actividades es limitada y no cubre las necesidades de la población reclusa. Además, se registran quejas sobre la falta de continuidad en los tratamientos y la escasa coordinación entre los distintos servicios.

El documento recoge testimonios de personas presas y familiares, que denuncian condiciones de vida precarias y dificultades para acceder a recursos básicos, así como la existencia de casos de malos tratos y suicidios en prisión.

El informe concluye que la privación de libertad en Nafarroa sigue marcada por importantes carencias estructurales y sociales.