La violencia digital supera a la pornografía en la exposición de menores

Un informe de la Universidad de Deusto y Opciónate revela que niños y niñas de 6 a 12 años acceden con mayor frecuencia a contenidos violentos que a pornográficos, y alerta sobre la presencia de ciberviolencias y sesgos de género en el entorno digital.

Imagen de archivo de niños observando la pantalla de un móvil.
Foto: Budi Gustaman/Unsplash

Un estudio realizado por la Universidad de Deusto y la asociación Opciónate de Gran Canaria concluye que los menores de entre 6 y 12 años están más expuestos a contenidos violentos que a pornografía en el entorno digital.

La investigación, titulada Ante la tercera brecha digital de género y ciberviolencias en la infancia: coeducación, oportunidades y resistencias, forma parte del proyecto ‘Cyber-Resistance’ y ha contado con la participación de 460 personas, incluyendo alumnado, familias y profesorado.

La profesora Estíbaliz Linares, investigadora principal del proyecto, ha señalado que “el contenido violento es extremadamente agresivo y les llega por todas partes”, provocando incluso pesadillas en los menores.

El informe destaca que los sesgos de género presentes en la sociedad se trasladan al mundo digital, donde los niños tienden a usar más videojuegos y las niñas plataformas de expresión artística o emocional.

“Extrema cosificación y sexualización”

Ana Lidia Fernández, directora de Opciónate e investigadora en la Universidad de Deusto, advierte que las niñas están más expuestas a ciberviolencias y a la “extrema cosificación y sexualización a muy temprana edad”, lo que afecta a su autoestima.

Además, el estudio señala que aunque los menores conocen los riesgos digitales, a menudo carecen de herramientas para afrontarlos. El profesorado participante ha detectado problemas de aprendizaje y cansancio asociados al uso excesivo de tecnología durante los fines de semana.

Las madres asumen el acompañamiento digital

Las investigadoras subrayan “la necesidad de un pacto social que implique a la población adulta en el acompañamiento digital de la infancia y ofrezca alternativas a los contenidos nocivos presentes en redes sociales”. Linares destaca que el 90% de las familias participantes en el estudio son madres, lo que refleja quién asume mayoritariamente la responsabilidad del acompañamiento digital.

El estudio también recoge diferencias regionales: en la Comunidad Autónoma Vasca existe un movimiento familiar antitecnología más fuerte, mientras que en Gran Canaria las familias muestran preocupación por la permisividad en el entorno.