Las principales potencias globales y organismos multilaterales contienen la respiración tras el ataque aéreo israelí contra la República Islámica de Irán. El secretario general de la ONU, António Guterres, ha expresado su “preocupación” por los ataques y solicita a todas las partes “máxima moderación”, mientras que el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, califica la ofensiva como una “acción unilateral” e informa que los países aliados “trabajan para reducir las tensiones”.
Estados Unidos ha declarado “que no ha participado en el ataque aéreo israelí contra Irán”. El secretario de Estado, Marco Rubio, afirma que el Estado de Israel ha llevado a cabo una “acción unilateral contra Irán” y que la administración estadounidense “no estuvo involucrada en la operación”, aunque reconoce que Israel les comunicó que consideraba la acción necesaria para su “defensa propia”.
Rubio subraya que la principal prioridad de Estados Unidos es “proteger a sus fuerzas en la región” y que han tomado “todas las medidas necesarias para proteger a nuestras fuerzas” y mantienen “una coordinación estrecha con sus socios regionales”. Además, advierte a Irán que “no debe atacar intereses o personal estadounidense” y pide “máxima contención” para evitar una escalada.
La Casa Blanca y el gobierno de Donald Trump han evitado hacer comentarios directos sobre el ataque, aunque han elevado la alerta en la región, evacuando personal diplomático y permitiendo que familiares de militares estadounidenses abandonen voluntariamente zonas de riesgo.
Funcionarios estadounidenses y europeos habían señalado en días previos que los sionistas podrían estar preparando un ataque contra Irán, lo que complicaría los intentos diplomáticos para limitar el programa nuclear iraní.
La Unión Europea ha instado “a todas las partes involucradas” en el reciente ataque aéreo israelí contra instalaciones nucleares y militares en Irán a actuar con “máxima moderación” para evitar una escalada en la región. En un comunicado emitido, la UE califica la situación en Oriente Medio como “peligrosa” y subraya “la necesidad urgente de reducir las tensiones”. El Estado francés, aunque reconoce “el derecho de Israel a defenderse”, insta a ambas partes a “actuar con moderación”. Alemania y Reino Unido también llaman a “evitar una mayor escalada y desestabilización en la región”.
Desde Asia, la República Popular China manifiesta estar “seriamente preocupada por las consecuencias de las hostilidades” y se ofrece a desempeñar un “papel constructivo” para aliviar la situación. Poco antes del mediodía del viernes, Rusia aún no ha emitido una declaración oficial detallada sobre el ataque aéreo israelí.
En Oriente Medio, Arabia Saudí critica las acciones del Estado de Israel y pide a los estados del mundo a “asumir la responsabilidad de poner fin a la agresión”, mientras que Turquía condena los ataques y subraya “la necesidad de detener urgentemente la violencia”. Omán, en concreto, advierte que las acciones israelíes “podrían desencadenar un conflicto a gran escala y obstaculizar las negociaciones nucleares”.
