PP y PSOE se ven desestabilizados por grandes casos de corrupción cada cinco años de media

Desde 1982, los dos principales partidos españoles han afrontado crisis políticas graves por escándalos de corrupción con una frecuencia media de entre cuatro y cinco años.

José Luis Ábalos, Koldo García y Santos Cerdán, imagen ilustrativa.
Foto: Telecinco

La corrupción política ha marcado la trayectoria de los dos grandes partidos españoles, el Partido Popular (PP) y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), desestabilizando sus gobiernos y direcciones nacionales con una regularidad sorprendente. Según el recuento de los principales escándalos judiciales y políticos desde la restauración democrática, ambos partidos han enfrentado crisis graves por corrupción, de media, cada cinco años.

El PSOE, en el poder durante buena parte de los años ochenta y noventa, sufrió crisis como el caso Seat (1988), el caso Filesa (1991), el caso Ave (1993) y los ERE de Andalucía (2011-2022), que forzaron dimisiones, remodelaciones y pérdida de apoyo electoral. Por su parte, el PP ha estado marcado por casos como Gürtel (2009-2018), Bárcenas (2013) y Púnica (2014), que han provocado caídas de gobiernos y cambios en la cúpula del partido.

A partir del análisis de los grandes casos se revela que el PP ha padecido una desestabilización grave por corrupción cada 4,3 años de media, y el PSOE ha afrontado crisis similares cada 5,4 años de media. Todos estos episodios han supuesto desde mociones de censura y dimisiones de presidentes hasta condenas judiciales y profundas crisis internas.

Según los registros judiciales y periodísticos, casi la mitad de los grandes casos de corrupción en el Estado español están vinculados al PP y un tercio al PSOE. Sin embargo, no hay que olvidar que los casos más graves destapados comprometen al PSOE, que al mismo tiempo es el partido más corrupto en cinco comunidades y el más corrupto por número de implicados en un solo caso. Además, es responsable directo de crímenes de lesa humanidad de los GAL, que han quedado prácticamente impunes. Todo ello evidencia un problema el carácter estructural de la corrupción en las instituciones.