En 2024, la policía autonómica catalana llevó a cabo un total de 1.204.749 identificaciones, la cifra más alta de los últimos años, según datos oficiales del Departament d’Interior.
Este número supone un aumento del 13% respecto a 2023 y un crecimiento del 29% en comparación con 2022. Desde 2019, cuando se registraron 718.617 identificaciones, la cifra ha crecido de forma sostenida. Es importante destacar que este total no corresponde a personas distintas, ya que una misma persona puede ser identificada en varias ocasiones.
Del total de identificaciones, algo más de la mitad (619.624) fueron a ciudadanos con documentación española, mientras que 588.125 correspondieron a personas extranjeras. En cuanto al género, los hombres fueron identificados en un 77%, con 930.350 casos, frente a 277.380 mujeres.
Al cruzar la “nacionalidad” y género, se observa que los hombres extranjeros fueron identificados en mayor número que los que tenían documentación española, y que las mujeres con documentación española casi duplican a las extranjeras en este tipo de controles.
La mayoría de las identificaciones se concentraron en Barcelona y su área metropolitana, así como en zonas costeras con alta afluencia turística, donde la presencia temporal de población eleva la atención de las fuerzas policiales.
Organizaciones sociales como SOS Racisme, Rights International Spain e IRIDIA han denunciado que muchas de estas identificaciones se realizan siguiendo un perfil racial, lo que implica que la selección se basa en características físicas o étnicas y no en comportamientos concretos.
Según SOS Racisme, esta práctica supone una discriminación sistemática que afecta especialmente a personas racializadas y migrantes, y que se lleva a cabo con impunidad en espacios públicos y privados.
Estas entidades advierten que este tipo de actuaciones deterioran la confianza de las comunidades afectadas en las instituciones y fomentan la criminalización de colectivos vulnerables.