Montserrat A., empleada de 51 años del servicio de limpieza de Barcelona (Catalunya), murió el sábado por la noche en su domicilio poco después de terminar su turno en plena ola de calor. Según han confirmado fuentes sindicales y municipales, la trabajadora, que cubría su jornada entre las 14:00 y las 21:00 horas en el barrio del Raval, avisó a su encargado de que no se encontraba bien durante el trabajo, pero continuó su labor tras recibir la recomendación de “refrescarse y seguir adelante”.
La empresa FCC, adjudicataria del servicio, y el Ayuntamiento de Barcelona han confirmado la muerte y han abierto “una investigación”, pero no han aclarado qué medidas reales de protección se aplicaron ni han asumido responsabilidades sobre la vigilancia del cumplimiento de los protocolos ante el calor extremo.
Los familiares de Montserrat acudieron a la sede de la empresa exigiendo explicaciones, mientras la plantilla denuncia la falta de garantías efectivas para prevenir riesgos laborales. El sindicato UGT ha recordado a los trabajadores “la obligación de descansar en zonas de sombra y beber agua”, pero reconoce que la mujer comunicó su malestar y, aun así, tuvo que terminar el turno.
La autopsia determinará la causa exacta de la muerte, pero el caso evidencia la exposición de los trabajadores esenciales a condiciones peligrosas y la insuficiencia de las medidas institucionales y empresariales para proteger su salud y su vida durante fenómenos climáticos extremos.