El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y el lehendakari Imanol Pradales acordaron este martes en Madrid la implicación de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) en la oferta presentada por un grupo de entidades vascas —encabezadas por Sidenor y con la participación de las fundaciones bancarias BBK y Vital— para adquirir el 29,8% del capital de Talgo, actualmente en manos del fondo Trilantic. Según informaron tanto el Gobierno vasco como fuentes recogidas por El País, la SEPI aportará 75 millones de euros mediante un préstamo participativo convertible en acciones, después de semanas sin avances.

El acuerdo se formalizó durante una reunión previa a la cumbre bilateral entre ambos gobiernos, centrada en negociaciones sobre nuevas competencias para la Comunidad Autónoma Vasca (CAV). Pradales explicó en rueda de prensa que el objetivo de esta operación es “preservar la actividad productiva y los puestos de trabajo” ligados a Talgo, especialmente en la planta de Rivabellosa (Araba), donde trabajan cerca de 700 personas. Además, la oferta vasca contempla el traslado de la sede social de la empresa desde Madrid a Euskal Herria, y está condicionada por la renegociación de la deuda de más de 400 millones de euros que arrastra la compañía, así como por la multa de 116 millones impuesta por Renfe por retrasos en la entrega de trenes.

Moncloa rechazó previamente una oferta alternativa presentada por la empresa húngara Ganz-Mavag, al invocar razones vinculadas a la protección de “intereses estratégicos” frente a inversiones extranjeras superiores al 10% del capital. La intervención pública mediante la SEPI ha sido apoyada por el consorcio de la CAV, que previamente había comprometido otros 75 millones en forma de préstamos participativos. Con este respaldo, la propuesta queda en condiciones de continuar las negociaciones pendientes con la banca acreedora y otros actores implicados en el proceso.