El canciller de la República Federal Alemana, Friedrich Merz, ha afirmado en una rueda de prensa en Potsdam que, a pesar de los "avances" en política migratoria, “tenemos todavía este problema en el paisaje urbano”, en referencia a la presencia de personas migrantes en las ciudades. La frase se entendió como una asociación negativa entre migración y cambios en el entorno urbano, lo que fue criticado como un discurso excluyente y racista. Además, aplaudió que el ministro del Interior esté habilitando “devoluciones a gran escala”, según recoge Tagsspiegel.

El portavoz del Gobierno, Stefan Kornelius, intentó atenuar la polémica, asegurando que las palabras de Merz fueron una “declaración partidaria”, intentando distinguir entre en su rol como líder de la CDU y el de canciller, excusándolo como una defensa de una política migratoria “uniformemente regulada”.

La declaración ha saltado a las redes y ha provocado reacciones airadas de los partidos de oposición y detractores, que recuerdan que la expresión reproduce un discurso peligroso y deshumanizante que genera miedo entre la población migrante y sus descendientes. Diversos organismos y figuras denuncian una creciente normalización de discursos racistas en las instituciones alemanas y sus representantes políticos.

Politólogos señalan que el ascenso del partido Alternativa por Alemania y la fascistización social estarían facilitando que partidos de todo el arco parlamentario, desde los democristianos de la CDU hasta el SPD, adopten posturas cada vez más extremistas en materia migratoria, militar, en restricción de libertades políticas y en política exterior respecto al Estado genocida de Israel.

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