El Servicio Público de Empleo Estatal español (SEPE) ha sido testigo en los últimos años de una creciente mercantilización de la solicitud de citas para trámites esenciales, como la gestión de prestaciones por desempleo. A pesar de que el acceso a estos servicios es, en principio, gratuito, la saturación y la falta de personal han abierto la puerta a un mercado negro en el que se venden citas por entre 30 y 100 euros, según revelan investigaciones y testimonios recientes.

Estas prácticas, que se han consolidado desde 2019 y se han extendido con el tiempo, han sido denunciadas en múltiples ocasiones ante la Fiscalía, pero persisten debido a la lentitud de las respuestas administrativas y la escasez de citas disponibles por la falta de recursos.​

Mercantilizar la miseria

La compraventa de citas comenzó en 2019 y se limitaba al ámbito de Extranjería. Debido a la dificultad de encontrar turno y a que muchos de los demandantes tenían dificultades con el idioma, empezaron a proliferar locutorios por todo el Estado español ofreciéndose a realizar el trámite a cambio de una compensación económica que rondaba los 10 euros, según una investigación realizada por elDiario.es.

A mayor demanda, mayor era el precio de cada cita. Así, personas que acceden al código de las páginas web para reservar citas en el momento en que se liberan han ido construyendo todo un negocio que se ha extendido por todo el Estado. Este método, que utiliza bots y automatización para captar turnos masivamente, colapsa el sistema y dificulta aún más el acceso a citas para quienes necesitan un empleo urgentemente. La práctica se extendió sobre todo en 2020, a raíz de la pandemia y el aumento de la demanda por prestaciones, cuando la saturación y la falta de personal convirtieron la búsqueda de citas en una carrera contra reloj. Aún así, desde entonces este "modelo" de negocio ha seguido creciendo, aprovechándose de la necesidad de los desempleados y de la escasez de recursos y personal del SEPE.

Los anunciantes de citas suelen operar desde plataformas como Milanuncios o redes sociales, presentándose como particulares o empresas, pero en la mayoría de los casos no acreditan su identidad ni facilitan facturas. Utilizan bots y herramientas automatizadas para captar masivamente citas, que luego venden a personas desempleadas. Esta dinámica colapsa aún más el sistema, ya que los turnos reservados por estos intermediarios quedan bloqueados para el resto de la población y se agilizan solo para quienes pagan.​

El Ministerio de Trabajo y el SEPE han reconocido que han tomado medidas como limitar el número de citas por DNI y liberar citas de forma aleatoria, pero estas acciones no han conseguido detener la proliferación de intermediarios. Sindicatos y colegios profesionales denuncian que, a pesar de que se conocen estos fraudes desde hace años, las medidas antifraude implantadas por el SEPE siguen siendo insuficientes y las administraciones no han hecho gran cosa por erradicar el problema.​