El Consejo Transicional del Sur (STC), respaldado por los Emiratos Árabes Unidos, ha consolidado en los últimos días su control sobre amplias zonas de la provincia de Hadramaut, en el este de Yemen, incluyendo ciudades clave como Seiyun y Tarim, así como el complejo petrolero de PetroMasila, según confirmaciones a Middle East Eye. Esta ofensiva, bautizada como "Futuro Prometedor", comenzó el 2 de diciembre y se extendió rápidamente hacia el valle de Wadi Hadramaut, desplazando a las fuerzas de la Primera Región Militar leales al gobierno reconocido internacionalmente, presidido por liderado por Abd Rabbuh Mansur al-Hadi y con sede en Adén. En el pasado, STC compartía una alianza con Hadi en contra de los hutíes, pero más recientemente ha decidido actuar en su contra también, con la intención de tomar el control de los territorios que controla y reinstaurar el viejo reino de Yemen del sur.

Testigos y fuentes locales reportan que las tropas saudíes aliadas se retiraron con escasa resistencia, lo que genera sospechas sobre posibles acuerdos previos o divisiones internas en la coalición 'antihutí'. STC justifica la operación como una medida para "restaurar la seguridad" y detener la "explotación" por parte de actores externos, pero no es sino un paso calculado hacia la secesión del sur yemení.

El avance ha incluido la toma de instalaciones estratégicas, como el palacio presidencial y el aeropuerto de Seiyun, así como posiciones militares en Al-Qatn y Al-Raddood. En un movimiento posterior, fuerzas del STC, apoyadas por las Fuerzas de Élite Hadrami, desalojaron a las Fuerzas de Protección de Hadramaut, aliadas con el jeque tribal Amr bin Habrish y respaldadas por Arabia Saudí, de los yacimientos petroleros de Masila, que representan cerca del 80% de las reservas de crudo del país. La producción se interrumpió brevemente antes de reanudarse bajo supervisión del STC, lo que subraya el valor económico de la zona. Aunque su lider, Aidarous al-Zubaidi, celebró estas "victorias" en una reunión en Adén el sábado, el grupo no ha detallado el alcance exacto de sus ganancias ni ha respondido a consultas sobre posibles enfrentamientos con facciones saudíes. 

La maniobra del STC amenaza con profundizar la fragmentación de Yemen, un país que desde el estancamiento de su guerra civil en 2022 había experimentado una "calma" relativa, si ignoramos los bombardeos constantes del ejército sionista contra zonas hutíes. El gobierno de Hadi, con sede en Adén y parte del Consejo de Liderazgo Presidencial, pierde terreno en una provincia que bordea Arabia Saudí y el mar Arábigo, complicando los esfuerzos de unificación bajo el Acuerdo de Riad de 2022. Analistas señalan que el retiro de las fuerzas saudíes, sin declaraciones oficiales de Riad, expone las grietas en la alianza contra los hutíes, que controlan el norte poblado. Mientras tanto, el STC extiende su influencia hacia Al-Mahra, la última provincia sureña fuera de su control, generando temores de un "particionamiento" próximo.