Los bomberos forestales de la Comunidad de Madrid han protagonizado este jueves una concentración  frente a la sede de TRAGSA en la capital, que ha derivado en una carga policial con dos detenidos y al menos 15 heridos. La movilización, autorizada y coincidente con la junta de accionistas de la empresa pública, forma parte de una huelga indefinida iniciada el 15 de julio y que alcanza ya los 150 días, una de las más prolongadas en el sector público reciente. Los trabajadores exigen la apertura de una negociación real para un nuevo convenio colectivo, caducado desde 2012, en un contexto de creciente tensión por la falta de avances y la precariedad laboral que afecta a la prevención de incendios en la región.

Durante la protesta, iniciada a las 11:30 horas, los bomberos han denunciado la negativa sistemática de la empresa a dialogar, pese a un informe de la Autoridad Laboral que confirma su capacidad para firmar un convenio propio. La intervención policial, con uso de porrazos y gas pimienta, ha dejado a diez personas en urgencias con heridas en cara y extremidades, según relatos de los afectados y testigos. El Comité de Huelga califica la acción como "una vergüenza absoluta" y una vulneración del derecho de huelga. 

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Video: @BBFFMadrid (X)

El bloqueo institucional agrava una situación ya crítica: los bomberos perciben unos 1.300 euros mensuales por labores de alto riesgo, como extinción de fuegos y manejo de maquinaria pesada, mientras TRAGSA registró 87 millones de beneficios en 2024 y prevé superarlos en 2025, con bonos de hasta 40.000 euros para su presidente. Además, la Comunidad de Madrid incumple la Ley Básica del Bombero Forestal, aprobada en 2024, que regula funciones y protecciones laborales pendientes. 

En un contexto más amplio, el conflicto refleja la precariedad estructural en el sector de emergencias forestales, donde la temporalidad afecta al 40% de la plantilla madrileña. La huelga cuenta con respaldo social notable: un crowdfunding ha recaudado más de 15.000 euros, y esta semana más de 15 sedes de TRAGSA en todo el Estado amanecieron con pintadas de solidaridad, señal de un malestar generalizado en el sector. Sindicatos como FIRET y CGT insisten en que la negociación es la única salida viable, pero critican la "irresponsabilidad" de la empresa y las instituciones.