Sami, propietario de un local de comida rápida en Alcorcón, ha presentado una queja formal ante la comisaría de la Policía Nacional tras visionar las cámaras de seguridad que registraron no solo el robo sufrido el 15 de diciembre, sino también los comentarios racistas de los dos agentes que acudieron a inspeccionar el establecimiento. En más de una hora de grabación, los policías se refieren despectivamente a los potenciales clientes con frases como “Aquí vendrán moros y gente así... No sé si son humanos o no. Qué asco de sitio. No vendría aquí a comer”, mientras fotografían la cocina, un estante de 'Palestine Drinks' y rompen un rodapié con el pie, justificándolo diciendo que “ya estaba roto”.

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El incidente ocurrió pasadas las cuatro de la madrugada, cuando la central de alarmas alertó a Sami de una intrusión. Al llegar, los agentes ya inspeccionaban el local, cerrado temporalmente al público, realizando fotos personales y comentarios que el propietario califica de “falta de respeto grave y vulneración de la dignidad racial”. Sami, a pesar de haber nacido en Móstoles acumula experiencias de perfilamiento policial por su nombre y origen árabe, con preguntas rutinarias sobre drogas.

El propietario destaca la ironía: quienes, supuestamente, iban a ayudarlo, convierten una intervención rutinaria en un espectáculo de desprecio xenófobo. Las fotos expresas a productos palestinos sugieren una identificación de los agentes con postulados sionistas, habituales en cuerpos policiales.