La violencia policial en Estados Unidos alcanzó niveles históricos en 2024, con 1.239 personas muertas a manos de la policía, lo que equivale a un promedio de 3,4 muertes por día. Según datos de Mapping Police Violence, este ha sido el año con más víctimas mortales desde que se tienen registros. Además, más de 300 personas murieron en persecuciones policiales y más de 300.000 sufrieron el uso de fuerza no letal.
El informe revela que las comunidades negras fueron las más afectadas: el 30% de los fallecidos eran personas negras, a pesar de representar solo el 13% de la población. En total, la organización ha documentado más de 1 millón de casos de uso de fuerza policial, incluyendo 8.446 tiroteos, 132.512 usos de pistolas eléctricas (táser) y 31.617 incidentes con porras o armas de impacto. Estos datos reflejan el reporte de aproximadamente 3.000 jurisdicciones, cubriendo el 60% del país.
Grupos de derechos civiles han criticado la falta de reformas significativas y denuncian que los patrones de violencia siguen afectando de forma desproporcionada a las minorías. “La impunidad persiste mientras las comunidades más vulnerables siguen siendo blanco de abusos”, señaló DeRay Mckesson, activista y cofundador de Campaign Zero. A pesar de los llamados a la rendición de cuentas, los números muestran que la violencia policial en EEUU sigue siendo una crisis sin resolver.
