Un nuevo informe del Quincy Institute for Responsible Statecraft (QI) ha revelado que los 50 principales centros de investigación y análisis de políticas de Estados Unidos, conocidos como think tanks o centros de pensamiento, han recibido más de 144,7 millones de dólares de gobiernos extranjeros y contratistas del Pentágono en los últimos cinco años.
Los think tanks son organizaciones dedicadas a estudiar y analizar cuestiones sociales, económicas y políticas. Su objetivo es generar investigaciones y propuestas que puedan influir en la elaboración de políticas públicas y en la toma de decisiones gubernamentales. A través de informes, asesoramiento o participación directa, estos centros acostumbran a tener una notable influencia en diferentes marcos gubernamentales de EEUU.
Según el informe, los gobiernos extranjeros han contribuido con más de 110 millones de dólares en este período. Emiratos Árabes Unidos encabeza la lista con 16,7 millones de dólares, seguido por el Reino Unido con 15,5 millones y Qatar con 9,1 millones. Estas aportaciones sitúan a estos países como los principales donantes extranjeros a los centros de estudio estadounidenses.
Por otro lado, las 100 principales empresas del complejo militar industrial han aportado más de 34,7 millones de dólares desde 2019. Northrop Grumman lidera las contribuciones corporativas con 5,6 millones de dólares, seguida de Lockheed Martin con 2,6 millones y Mitsubishi con 2,1 millones. Además, el gobierno de Estados Unidos ha destinado al menos 1.490 millones de dólares en el mismo período, siendo la RAND Corporation la principal receptora con 1.400 millones destinados a trabajos directos para el gobierno.
El informe destaca la falta de transparencia en la financiación de muchos de estos centros. Solo 9 de los 50 principales think tanks (18%) son totalmente transparentes sobre sus fuentes de financiamiento. Otros 23 (46%) son parcialmente transparentes, mientras que 18 (36%) son completamente opacos y no revelan quiénes son sus donantes, recibiendo lo que se conoce como “dinero oscuro”.
Una encuesta de opinión pública de 2022 reveló que el 48% de los estadounidenses consideran que los think tanks y expertos en políticas públicas son “valiosos” para la sociedad. Sin embargo, la principal razón del escepticismo entre los encuestados es la sospecha de que “los expertos puede tener una agenda oculta”, seguida de cerca por la “falta de transparencia sobre quién financia a los expertos”. Entre 2021 y 2024, el 89% de los testigos afiliados a think tanks que testificaron ante el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes provenían de organizaciones que reciben contribuciones de gobiernos extranjeros. Asimismo, el 79% representaban directamente a organizaciones financiadas por los 100 principales contratistas del Pentágono.