“Se puede herir gravemente al pueblo palestino, pero no se puede vencer su Resistencia”

El militante palestino Taher Ali analiza el alto el fuego en Gaza, la resistencia y la colonización de Cisjordania en el contexto actual de Palestina y Oriente Medio.

Taher Ali, militante palestino.
Foto: Goiena

En el contexto del reciente alto el fuego en Gaza, la lucha del pueblo palestino sigue marcada por el bloqueo, la ocupación y la resistencia anticolonial contra el sionismo. Mientras Cisjordania enfrenta una intensificación de la represión y la expansión de asentamientos, en el plano regional, la caída de Al-Assad en Siria y las negociaciones mediadas por Qatar y Egipto añaden nuevas variables al escenario político. A esto se suman las recientes declaraciones de Donald Trump sobre la expulsión de los palestinos de Gaza y la creciente crisis interna en el Estado de Israel, factores podrían redefinir la correlación de fuerzas en el conflicto que atraviesa la región.

Para comprender mejor la situación actual y las perspectivas de la resistencia palestina, hablamos con Taher Ali (Madrid, 1990), un palestino de segunda generación de refugiados que milita en el Movimiento de Liberación Nacional Palestino desde el exilio. Hasta hace poco, fue miembro de la Juventud Palestina Al Yudur. De familia gazatí, varios parientes suyos se encuentran en la Franja en estos momentos.

¿Como evalúas el reciente “alto el fuego” en Gaza? ¿Qué factores lo han provocado?

El alto el fuego es una victoria de pueblo palestino; de la Resistencia en su empuje ardiente, y de las masas gazatíes en su venerable resiliencia. La Resistencia palestina no ha dejado de atacar a las tropas coloniales y de causarles bajas a pesar del enorme uso de sus arsenales y de los caídos, y no ha dejado de implementar nuevos sistemas de defensa y de sorprender al enemigo colono en todo tipo de emboscadas. Días antes de la tregua, la torreta de un pesado tanque Merkava salió volando a gran distancia por una bomba trampa, una potencia explosiva no vista en este año y en medio de un exterminio genocida.

Cada vez que las tropas coloniales han declarado pacificada una zona, han vuelto las acciones partisanas de guerrilla, y cada vez que ha sido posible, los y las residentes han vuelto a los escombros de sus casas. Las calles se limpian de cascotes para posibilitar el tránsito, y como ha ocurrido en los anteriores episodios de esta Nakba que no ha cesado desde el 48, los refugiados construyen sus nuevos hogares con tiendas de campaña y poco a poco con formas más sólidas. El pueblo palestino no quiere ser nuevamente desplazado, no lo va a permitir.

Todo ello lleva al fracaso del ejecutivo sionista en todos sus objetivos:

No ha conseguido eliminar a las fuerzas de la Resistencia, si es que ello es posible sin exterminar completamente un pueblo oprimido y resuelto a lucha.

No ha sido capaz de desplazar a los supervivientes por su tenacidad y por los reparos del régimen egipcio en admitir en su tierra a dos millones de desheredados resueltos a la lucha y en medio de una situación interna explosiva solo controlada por el dictador pro-occidental Al-Sisi mediante la feroz represión. 

Por último, no se ha conseguido otra vía para liberar a los prisioneros israelíes más que negociando con la Resistencia y entregando a cambio un número mucho mayor de rehenes palestinos y palestinas. Todo ello se asienta sobre las contradicciones internas de la Entidad Sionista conducentes a lo que parece un callejón sin salida para el proyecto sionista.

A pesar del anuncio del alto el fuego, los ataques israelíes han continuado y Gaza sigue bajo bloqueo. ¿Qué pasos consideras que debe tomar el pueblo palestino y su resistencia para romper este cerco?

El pueblo gazatí ha perdido todos los elementos de relativa comodidad que pudiera haber tenido en el campo de concentración que ya era Gaza antes del 7 de octubre de 2023. Ese día la oprimida Franja resolvió sus contradicciones con un ataque frontal a uno de los supuestamente mejores ejércitos del mundo. El guetto de Varsovia del Mediterráneo, dispuesto a morir con dignidad, acabó por asestar un Dien Bien Phu1. La entidad colonial nunca será lo mismo, y muy probablemente se aceleró su extinción.

Desde entonces, las miserias, la destrucción, la exhibición macabra de agresiones y psicopáticas barbaridades del colonialismo salvaje contra la carne de los hombres, mujeres y niños de la Franja han sido el día a día. Los sionistas están haciendo de Gaza un hambriento Leningrado, un sangriento Stalingrado. Y el pueblo, ha enfrentado sin miramientos la realidad, con el orgullo intacto y la fuerza que otorga la fe en la justicia. Perdiendo la esperanza de que el mundo reaccione a tiempo contra las masacres, evidenciando la hipocresía de las democracias y la inexistencia de algo llamado “derechos humanos” o “derecho internacional”, han tomado el camino que se resuelve según nuestra tradición tanto propiamente palestina como islámica: enfrentar al opresor, con armas o simplemente viviendo en lo posible, existiendo, y aceptando convertirse en testigo de la injusticia con su sacrificio —eso es para nosotros ser mártir, sahid—. Ojalá no sea necesario, y el proletariado internacional sea capaz de cortar los cables de la entidad sionista, que asesina como nunca, pero está conectada y en cuidados intensivos para su supervivencia.

Estas palabras pueden parecer panfletarias, pero no hay otra manera de describir la realidad palestina sobre el terreno, donde los supervivientes famélicos y enfermos, aun se casan, celebran, tienen hijos que juegan, imparten clases sentados sobre la arena, o presentan sus tesis doctorales.

Este pueblo resistente y cercado quizá podría volver a romper el cerco, pero no podría mantener la brecha abierta por la asimetría en las capacidades militares, sobre todo armamentísticas y tecnológicas. Las fuerzas en armas de Palestina sólo pueden enfrentar las capacidades del enemigo con la inteligencia y la valentía abnegada. Lo cierto es que los colonos no acepan el coste propio de su genocidio, y sus reservistas están agotados. 

Romper el cerco, en última instancia, depende de resistir más que el enemigo, y daré un ejemplo ilustrativo. Los colonos, como europeos que son y se sienten, pretenden llevar en general una forma de vida cómoda, de primer mundo, con seguridad, tener un trabajo tranquilo, y posibilidad de irse de fiesta y hacer viajecitos por el mundo. Tienen los medios materiales y un pasaporte o dos (dobles y triples nacionalidades), que les permiten realizar y aspirar a esas cosas. Hay una diferencia entre querer exterminar a los palestinos y estar dispuesto a hacer de tu vida un infierno para tratar de llevar a cabo ese exterminio durante un tiempo indefinido.

“Los colonos, como europeos que son y se sienten, pretenden llevar en general una forma de vida cómoda, de primer mundo, con seguridad, tener un trabajo tranquilo, y posibilidad de irse de fiesta y hacer viajecitos por el mundo”.

El pueblo palestino, sin embargo, cercado y condenado, sólo puede plantearse resistir, y todos sus sueños pasan por una necesaria liberación. Vencer al imperialista con paciencia es la estrategia tanto del pueblo palestino en concreto como el del Eje de la Resistencia en general. Para que el cerco pueda romperse lo antes posible son necesarias acciones contundentes desde el exterior: movilización, boicot, bloqueos a los intereses israelíes y sus secuaces. Hacer que los gobiernos capitalistas tengan más vergüenza a la hora de apoyar el genocidio, y eso se traduzca en ir eliminando los apoyos más evidentes. También una estrategia militar en conexión a las Resistencias de la región.

Cisjordania sigue siendo el foco de la expansión de asentamientos israelíes e incursiones masivas. ¿Cómo está respondiendo la resistencia palestina en Cisjordania ante esta creciente agresión?

La resistencia armada en Cisjordania es muy complicada. Israel hace y deshace a su antojo anexionándose tierra continuamente, y sobre el terreno las fuerzas cipayas de la Autoridad Nacional Palestina les quitan gran parte del trabajo en represión, vigilancia, y espionaje. El territorio fue desarmado y sólo paulatinamente ha podido recuperarse, teniendo que burlar, como decimos, tanto el control israelí, como el control de las fuerzas colaboracionistas de Mahmoud Abbas. 

El vacío de las facciones palestinas reprimidas ha ido siendo cubierto en la medida de lo posible por actos de resistencia individual, así como por grupos autoorganizados entre la juventud de los distintos barrios y campamentos de refugiados.

Los secuestros y asesinatos sionistas han subido a niveles sin precedentes, perpetrados tanto por el ejército regular como por turbas de colonos sin uniforme, por supuesto con apoyo de ese mismo ejército. Las fuerzas de la burguesía compradora en Ramallah parece que tratan de desencadenar una guerra civil para solucionar su impopularidad, gobernando con puño de hierro sobre un cementerio con el apoyo de los socios imperialistas. Podemos citar secuestros, torturas e incluso asesinatos por parte de estas fuerzas indígenas colaboracionistas. El propio Mahmoud Abbas pidió a la comunidad internacional (entiéndase EEUU y sus satélites) un Estado Palestino en los bantustanes de Gaza y Cisjordania bajo la policía y tutela de la OTAN.

Afortunadamente, la Resistencia no cae en sus trampas. Con paciencia, experiencia y memoria viva se neutralizan estas intentonas. También resiste el pueblo palestino apoyado sobre estructuras sociales tradicionales como los clanes que, en ausencia de estado u otras estructuras comunes están siendo capaces de mantener la cohesión social bajo ocupación. También en Gaza los clanes han demostrado una gran fortaleza habiendo fracasado la Entidad Sionista en todos los intentos de tratar de avivar el sectarismo o los beneficios personales para socavar y dividir a la sociedad y enfrentar a estas estructuras tradicionales con el Movimiento de Liberación Nacional.

La destrucción en los campos de refugiados en Cisjordania empieza a parecerse a Gaza y son muchos miles los desplazados, sin que parezca importar a los medios de comunicación y a los adalides de los derechos humanos.

Con la caída de Al-Assad en Siria y los cambios en la política regional, ¿cómo crees que afecta la situación en Siria a la lucha palestina?

La desaparición de la República Árabe Siria ha supuesto un duro golpe al Eje de la Resistencia, cortando la unión física y el tránsito de armas entre Irán y la Resistencia iraquí con la Resitencia libanesa. El nuevo régimen sirio ha permitido la destrucción de sus arsenales y la invasión israelí sin que parezca que vayan a resistirse ni permitir a ninguna organización popular que lo haga.

Todas las facciones palestinas han sido desarmadas, se les han clausurado los campos de entrenamiento y han sufrido secuestros y agresiones. El futuro es realmente incierto, aunque a medio plazo esta situación devendrá en insostenible para las nuevas autoridades. El pueblo sirio es mayoritariamente propalestino y antisionista, y las posibilidades que generan estas contradicciones llevan al imperialismo a tener prisa por desmembrar Siria en miniestados étnicos colaboracionistas o impotentes.

También hay un potencial que apunta a una solución soberanista que no se puede perder de vista, aunque la fuerza reside en las fuerzas impulsadas por potencias extranjeras como Turquía, Emiratos Árabes Unidos o EEUU, hay una necesidad de legitimidad llamada a jugar un papel en los próximos tiempos.

Además, no nos tiene que poder el pesimismo si atendemos al ejemplo histórico. Peor situación fue la Nakba en el 48, y la Resistencia se repuso; aconteció la derrota del 67 y la Resistencia se repuso; luego el septiembre negro jordano en los 70, y la resistencia se repuso; en los 80 el asedio de Beirut, y aún vino la histórica Intifada.

El presidente Donald Trump ha hecho varias declaraciones incendiarias sobre hipotéticos planes de ocupación de Gaza. ¿Crees que EEUU tiene estas intenciones realmente? 

Hasta ahora parece que el presidente Trump ha sido más amigo de hablar de guerra que de iniciarlas, pero esto puede cambiar. Con respecto a la ocupación de Gaza, merece la pena analizar un par de aspectos.

El primero y más evidente es que quiere dar una sensación de implacable, de una audacia sanguinaria que roza la locura. Si ha mostrado audacia despiadada contra sus aliados canadienses, daneses, o panameños, qué no sería capaz de decir contra la insurgente Gaza. Amedrentar sin gastar recursos y dando carnaza a sus votantes y financiadores. El presidente quiere que se le vea como un halcón. Veremos si lo es, no olvidemos el teatrillo con la República Democrática de Corea en su anterior mandato. Aunque es cierto que en la cuestión de Gaza la Entidad Sionista es un condicionante, y su conducta en la realidad colonial sí es plenamente una locura sanguinaria.

“La expulsión de Vietnam de los colonialistas franceses no trajo la liberación del país indochino. De la misma forma, la destrucción de la Entidad Sionista no traerá necesariamente la liberación de Palestina de forma directa”.

Hay también otro aspecto a tener en cuenta repasando la historia. La expulsión de Vietnam de los colonialistas franceses no trajo la liberación del país indochino. De la misma forma, la destrucción de la Entidad Sionista no traerá necesariamente la liberación de Palestina de forma directa. Igual que entonces, el imperialismo puede considerar necesario invadir Palestina directamente con sus tropas para proteger sus intereses. Esta propuesta ha sido un primer sondeo en ese sentido.

La Resistencia palestina ya ha expresado en voces de sus diferentes facciones y a lo largo de las décadas que este combate contra ‘israel’, es realmente combate contra el imperialismo, es decir: contra los Estados Unidos.

El sionismo atraviesa una crisis política interna con protestas y tensiones. ¿Cómo afectan estas tensiones internas en la política de ocupación, en las negociaciones y en la estabilidad futura del proyecto colonial?

Juegan correlaciones de fuerzas, o quizás de debilidades con márgenes muy estrechos y alianzas inestables, aunque indiscutiblemente el líder capaz de reunir más apoyo es Netanyahu. Sería mucho decir que hay una mayoría que lo apoya, pero desde luego no parece que ningún líder quiera dar un paso al frente y ponerse en su lugar, aunque alguno caliente motores por tener el apoyo de otras partes de la oligarquía colonial e imperialista. Dimisiones, destituciones, deserciones, secretos y traiciones… El ejecutivo y el ejército no han dejado de transformarse y de cambiar sillas. EEUU y otras potencias llaman por teléfono aquí y allá y los jerarcas hacen sus planes en conjunto y por separado.

El único proyecto que parece de consenso dentro de la sociedad israelí es la Solución Final, el exterminio de los palestinos y palestinas, o su desplazamiento forzado. Pero no hay acuerdo sobre cómo hacerlo. Una parte, quizá no mayoritaria pero sí muy poderosa, no está dispuesta a sacrificar a todos los rehenes en el proceso. El concurso entre facciones coloniales en exhibición de racismo embarra cualquier estrategia, y las cartas se ponen con ostentación sobre la mesa: en el parlamento, en las tertulias, en las calles, en todas partes se habla de exterminio, aunque los medios occidentales y sus premiados corresponsales hagan oídos sordos. 

“El único proyecto que parece de consenso dentro de la sociedad israelí es la Solución Final, el exterminio de los palestinos y palestinas, o su desplazamiento forzado”.

Es difícil plantearse un futuro o una nueva normalidad para la colonia, cuando un grupo armado independiente iraquí es capaz de poner un dron en el puerto de Haifa, cuando el Yemen anticolonial arroja misiles balísticos en toda la geografía, cuando Hezbollah, sin haber mostrado todas sus capacidades, ha conseguido desplazar a cientos de miles de colonos del norte y mantener su operatividad, aunque se haya asesinado a gran parte de los mandos conocidos. La Entidad colonial no puede soportar la cantidad de penurias a la que se ven forzados los pueblos nativos. Al fin y al cabo ‘israel’ es, en última instancia, un negocio.

Qatar y Egipto han jugado un papel clave en la mediación del alto el Alto el fuego reciente en Gaza. ¿Qué intereses tienen ambos países en la región y qué postura crees que podrían mantener ante la resistencia palestina en el futuro, especialmente considerando sus relaciones con el Estado de Israel y otros actores regionales?

Egipto es una potencia regional. El régimen de Al-Sisi tiene un ejército poderoso financiado por EEUU que le permite tener sometido a su pueblo, y reprimir cualquier alternativa virtual a su tiranía. Es un cooperador necesario para la colonia en la normalización, el comercio y sobre todo en el bloqueo criminal a Gaza. La misma existencia del régimen está justificada en la protección de ‘israel’. Sin embargo, el país tiene una fuerte pulsión soberanista, aunque sin liderazgo.

Los proyectos sionistas a medio plazo tratan sobre competir y perjudicar a los intereses egipcios. Con el exterminio de Gaza, los colonos buscan construir una alternativa al canal de Suez, y si es necesario para el ejercicio de la sana competencia capitalista, exterminarán a cuantos egipcios sea necesario para la buena marcha del negocio en el futuro. Por otro lado, la población es fuertemente antisionista, y a pesar del colaboracionismo, los gobernantes están obligados a hacer ciertos gestos. 

Hay que hablar del papel que tendría El Cairo en la limpieza étnica de Gaza, y es que el imperialismo les había designado para alojar a dos millones de desposeídos gazatíes. Esto sería meter fuego al polvorín sobre el que se asienta la dictadura, con una crisis económica y social que no disminuye. El miedo a la revolución es lo que les impulsa a no ser del todo cómplices con la limpieza étnica.

“Hay que hablar del papel que tendría El Cairo en la limpieza étnica de Gaza, y es que el imperialismo les había designado para alojar a dos millones de desposeídos gazatíes. Esto sería meter fuego al polvorín sobre el que se asienta la dictadura, con una crisis económica y social que no disminuye”.

Qatar es un estado particular, los recursos naturales, además de enriquecer a la casta feudal capitalista, se redistribuyen para que los ciudadanos nativos sean necesariamente burguesía. Energía, estudios de elitistas becados, ventajas laborales con salarios y categorías mínimas muy altos, ascensos obligatorios, beneficios en la posición en los negocios, etc. La clase obrera del país la constituye en enorme medida la mano de obra migrante. En el caso de la “no cualificada”, es prácticamente considerada herramienta o animales de carga sin derechos humanos de ningún tipo y con entrada y salida del país controlada. Se les retienen los pasaportes. Servidumbres temporales en las que encuentran voluntarios forzados por la necesidad de entre las zonas más empobrecidas, fundamentalmente de Asia.

La mano de obra “cualificada”, también extranjera, pero o bien occidental o bien del sur global con capital acumulado, tiene más posibilidades de comprar un billete de avión a otro destino más rentable que de ser un potencial elemento subversivo. La capacidad de influencia de este pequeño país se debe a la capacidad económica salida de la venta de hidrocarburos y bien invertida luego en el capitalismo internacional, y una adscripción al movimiento burgués Hermanos Musulmanes, vinculados a su vez fuertemente con el gobierno de Ankara. Su posición comercial y fuertes alianzas lo han posibilitado para desarrollar este poder, e incluso quedar bien con todos. Acoge a parte de la Resistencia Palestina y a la vez la más grande base aérea de los Estados Unidos en la región. Parecen menos probables las sorpresas en el futuro medio en este poderoso y pequeño emirato, y es una potencia que impulsará en lo posible a la normalización con la ocupación y búsqueda de soluciones en el marco del imperialismo.

El derecho al retorno sigue siendo un pilar fundamental de la lucha palestina. ¿Cómo puede la resistencia palestina mantener viva esta demanda en el contexto actual?

Esta demanda late en las masas desposeídas palestinas desplazadas. Late también en las masas más acomodadas de la diáspora incluso. No es que la Resistencia palestina tenga que mantener viva la demanda del Retorno, si no que, si en algún momento deja de tenerlo por bandera, la Resistencia la representarán otras facciones y personas. Cuando la OLP degenerada por el ala derecha de Al-Fatah dejó de representar la aspiración de los refugiados al retorno, la vanguardia de la Resistencia pasó a manos de los comités populares de base en la Intifada. Cuando la burguesía que lideraba este Fatah terminó de traicionar a la causa con los acuerdos de Oslo y con la cipaya Autoridad Nacional Palestina, vino la segunda Intifada y el ascenso de Hamas. Cada vez que el ala burguesa de Hamas ha amagado hacia algún tipo de negociación o normalización, el ala popular ha contestado, y está en posesión del ala armada. Se puede herir gravemente al pueblo palestino, pero no se puede vencer su Resistencia. No mientras se sigan generando las condiciones de opresión que la crean. Cómo dijo nuestro llorado Gassan Kanafani: “Si fracasamos como defensores de la causa, hay que cambiar a los defensores, no a la causa”.

NOTAS

  1. La batalla de Dien Bien Phu (13 de marzo-7 de mayo de 1954) fue el enfrentamiento decisivo entre las fuerzas de la Unión Francesa y el Viet Minh durante la Guerra de Indochina. El ejército colonial francś estableció una base fortificada en el valle de Dien Bien Phu, en el noroeste de Vietnam, con la intención de cortar las líneas de suministro del Viet Minh y forzarlo a una batalla convencional. Sin embargo, el líder vietnamita Vo Nguyen Giap logró rodear y asediar la posición francesa, transportando artillería a través de la jungla y montañas. Tras casi dos meses de intensos combates, las tropas francesas fueron derrotadas, lo que llevó a la firma de los Acuerdos de Ginebra (1954) y al fin del dominio colonial francés en Indochina, dividiendo Vietnam en dos estados y allanando el camino para la posterior Guerra de Vietnam. ↩︎