La fuerza aérea israelí ha llevado a cabo un nuevo bombardeo en la capital de Líbano en la madrugada del martes, alcanzando el barrio de Dahiyeh, en el sur de Beirut. Según el Ministerio de Salud libanés, al menos cuatro personas han muerto, y otras siete han resultado heridas.
Se trata del segundo ataque israelí en Beirut en menos de una semana, lo que pone a prueba la paciencia de Hezbollah y peligra la tregua firmada hace cuatro meses. Testigos en la zona afirman ante Al Jazeera que los israelíes han atacado sin previo aviso y que han causado graves daños en un edificio residencial.
El Ejército israelí declara en un comunicado que “la operación tenía como objetivo a Hassan Bdeir”, a quien identificó como miembro de una unidad de Hezbollah y la Fuerza Quds de la República Islámica de Irán.
Según los sionistas, Bdeir estaría involucrado en la planificación de “un ataque terrorista inminente” contra civiles israelíes”, aunque no proporciona pruebas para respaldar la acusación. El partido-milicia del Líbano no ha emitido comentarios sobre el ataque hasta el momento.
El presidente de Líbano, Joseph Aoun, condena el bombardeo y lo califica de “advertencia peligrosa” sobre las intenciones de las fuerzas de ocupación. “La persistencia de Israel en su agresión exige un esfuerzo mayor por parte de Líbano para movilizar el apoyo internacional en defensa de nuestra soberanía”, señala en un comunicado. El bombardeo ocurre en un contexto de continuas tensiones en la región, donde ambas partes se han acusado mutuamente de violar los términos de la tregua.
