Durante los últimos meses, medios internacionales han documentado la realización de numerosos eventos recreativos y celebraciones en localidades israelíes situadas a pocos kilómetros de la Franja de Gaza, como Sderot y Ashkelon.
Reportes de prensa y testimonios recogidos en redes sociales muestran a residentes participando en conciertos, festivales y barbacoas al aire libre mientras se intensifican los ataques militares sobre Gaza. Según la agencia EFE y el diario El País, la vida cotidiana en estas ciudades ha retomado parte de su ritmo habitual, con la reapertura de espacios públicos y la organización de eventos sociales, pese a la proximidad del genocidio en la Franja.
Según datos del Ministerio de Salud de Gaza y la ONU, se han podido confirmar más 54.000 palestinos han sido exterminados por las fuerzas de ocupación israelí, incluyendo un número significativo de menores de edad, y más del 80% de la población ha sido desplazada internamente al menos una vez.
Organizaciones humanitarias y medios internacionales han denunciado la destrucción masiva de infraestructuras, la escasez de alimentos y medicinas, y la falta de acceso a servicios básicos en la Franja.
La coexistencia de celebraciones y actividades recreativas en las inmediaciones de Gaza con un genocidio abierto en el enclave ha sido señalada como “una imagen dantesca propia del Holocausto” por diversos activistas y observadores internacionales.
Durante el Holocausto, era común que el personal nazi y sus familias vivieran en casas situadas junto a los campos de concentración. Testimonios y registros históricos muestran que, mientras a pocos metros se perpetraban asesinatos, torturas, hambre y trabajos forzados contra miles de prisioneros, los guardias y sus familias llevaban una vida cotidiana relativamente normal: niños jugaban en las calles cercanas, se celebraban reuniones sociales y los hogares mantenían rutinas habituales. El campo de concentración de Sachsenhausen, por ejemplo, estaba rodeado de viviendas donde residían empleados y sus familias, ajenos o indiferentes al horror diario que ocurría tras los muros electrificados.

La Franja de Gaza, de apenas 360 km², limita al norte y este con los territorios ocupados en 1948 por la entidad colonial. Este pequeño territorio es escenario de una de las crisis humanitarias más graves del mundo en la actualidad, mientras en ciudades fronterizas bajo ocupación israelí se reportan las mencionadas actividades de ocio y festivales al tiempo que las fuerzas armadas sionistas siguen sembrando el terror entre la población palestina, que continúa bajo asedio, bombardeos y desplazamientos forzosos.