Un descuido en pleno directo en la Cadena SER ha puesto en evidencia el nerviosismo y la falta de información en el seno del Gobierno español. Durante el programa Hora 25, la redactora jefa de la sección “nacional” de el diario El País, Inma Carretero, convencida de que no estaba en antena, ha respondido a una pregunta del presentador Aimar Bretos sobre la situación en el PSOE: “Pues estoy justo con María Jesús Montero hablando y me dice: ¿pero alguien tiene el informe? (Risas) Es que están perdidísimos. ‘¿Tienes el informe, sabes de alguien que tenga el informe?’ No lo tienen y Pedro lo que les está trasladando es que…”.
En ese momento, Bretos la ha interrumpido para advertirle que estaban en directo: “Inma, estamos en antena eh, ¿Pedro Sánchez quieres decir no?”. Tras un silencio incómodo, Carretero reacciona con un “¿Perdón?” y risas nerviosas, mientras el presentador zanjaba el momento subrayando el “gran desconcierto” existente.
El trasfondo de esta situación es la investigación de la UCO sobre Santos Cerdán, secretario de organización del PSOE, por presuntas irregularidades en la adjudicación de obra pública en Nafarroa.
El informe de la Guardia Civil, que implica también a José Luis Ábalos y su exasesor Koldo García, ha provocado un auténtico terremoto dentro el Ejecutivo, que según la conversación captada en antena, ni siquiera dispone del documento completo ni de una estrategia clara para afrontarlo, mientras sus máximos representantes actúan de manera errática, negando o responsabilizando a otros actores.
Además, este hecho cobra especial relevancia porque muestra que Montero recurrió directamente a Carretero, una periodista de alto nivel, para intentar obtener información clave sobre un asunto delicado que afecta a la cúpula del partido. La petición de ayuda a una profesional de la comunicación refleja no solo la preocupación interna y la falta de claridad en el Ejecutivo ante la filtración y el avance de la investigación judicial, sino el vínculo orgánico entre el poder político y mediático.
El episodio ha sido ampliamente difundido en redes sociales y medios digitales, y ha servido para ilustrar el clima de desconcierto y tensión que atraviesa el Gobierno ante un nuevo capítulo judicial que amenaza con salpicar con corrupción hasta las más altas esferas de la cúpula de Ferraz.