El ministro de Exteriores de la República Popular China, Wang Yi, mantuvo conversaciones telefónicas con sus homólogos de Egipto y Omán en las que condenó a Israel por “ignorar las leyes internacionales” y provocar “una escalada abrupta de tensiones en Oriente Medio”.
Wang Yi pidió “consenso y acciones conjuntas” tanto de los estados del mundo como, especialmente, de los de la región, según un comunicado de la Cancillería china. El canciller chino reiteró “la necesidad de un alto el fuego inmediato y de desescalar los enfrentamientos entre Israel e Irán”, y expresó la disposición de China a “trabajar con Egipto y otros actores para mejorar la coordinación con organismos multilaterales como Naciones Unidas, así como para promover conversaciones de paz y reconciliación”.
En su diálogo con el ministro de Exteriores de Omán, Sayyid Badr bin Hamad bin Hamood Albusaidi, Wang Yi recuerda que el Estado de Israel ha violado la soberanía y seguridad de Irán y manifiesta el respaldo de Pekín al comunicado conjunto emitido por 21 países árabes, entre ellos Omán, que llama a la “unidad regional y a sentar a las partes en la mesa de diálogo”.
China, que mantiene una relación cercana con Irán, ha reiterado su “profunda preocupación” por la escalada del conflicto y ha instado a “tomar medidas inmediatas para calmar las tensiones”, insistiendo en que “la fuerza no puede traer una paz duradera”.
El posicionamiento de China se produce en un contexto de máxima tensión internacional, con la guerra entre Israel e Irán en su sexto día y los países del mundo advirtiendo sobre el riesgo de una ampliación del conflicto.
Mientras Estados Unidos deja abierta la posibilidad de intervenir y la ONU llama a evitar que nuevos países se sumen a la guerra, Pekín refuerza su papel diplomático y reclama una respuesta coordinada para evitar una mayor desestabilización en la región.