El presidente de los Estados Unidos de América, Donald Trump, ha anunciado que las fuerzas estadounidenses han llevado a cabo “ataques muy exitosos” contra instalaciones nucleares iraníes en Fordow, Natanz e Isfahán.
Trump ha advertido a la República Islámica de Irán que “hay muchos objetivos más” si Teherán opta por responder militarmente, y ha calificado la operación como un éxito en su objetivo de destruir la “capacidad de enriquecimiento nuclear” de Irán, según recoge Al Jazeera.
“Habrá paz o una gran tragedia para Irán. Estados Unidos atacará más instalaciones iraníes si no hay paz”, ha declarado Trump en la rueda de prensa ofrecida desde la Casa Blanca.
El Ministerio de Asuntos Exteriores iraní ha condenado los bombardeos, calificándolos de “violación grave y sin precedentes del derecho internacional” y ha afirmado que Irán tiene derecho a “resistir con todas sus fuerzas” frente a la agresión.
“Consecuencias duraderas”
El portavoz iraní ha denunciado que Estados Unidos “ha traicionado la diplomacia” y actúa “sin reglas ni ética”, y ha advertido de “consecuencias duraderas” para la región. Irán también ha lanzado misiles contra objetivos en la Palestina ocupada por el Estado de Israel, dejando al menos 23 heridos, y ha prometido continuar su programa nuclear.
Analistas internacionales han advertido que el ataque estadounidense podría desencadenar una escalada prolongada en Oriente Medio. Trita Parsi, vicepresidente del Quincy Institute, ha sostenido que la acción “garantiza más proliferación nuclear” y podría empujar a Irán a abandonar el Tratado de No Proliferación. Otros expertos, como Adam Weinstein, han alertado en Al Jazeera de que Estados Unidos corre el riesgo de verse arrastrado a una guerra prolongada en la región.
Reportes desde Irán y el Golfo han indicado que el daño en Fordow ha sido “superficial” y que no se han detectado fugas de radiación, según autoridades iraníes y el Centro Nacional de Monitoreo de Radiación de Kuwait.
El Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica ha confirmado el uso de misiles de largo alcance y de combustible sólido y líquido en los ataques de respuesta contra el Estado de Israel, que han causado daños extensos en ciudades como Haifa y Tel Aviv.
Las aerolíneas internacionales han evitado el espacio aéreo de la región y gobiernos como los de Australia y Nueva Zelanda ya han pedido evitar una mayor escalada y “volver a la vía diplomática”.
