El parque del Retiro de Madrid fue desalojado nuevamente este sábado por la policía municipal tras la activación del protocolo de cierre de parques ante la previsión de meteorología adversa. Según ha informado el Ayuntamiento de Madrid, el desalojo comenzó dos horas antes del cierre oficial y afectaba también a otros ocho grandes parques de la ciudad, entre ellos El Capricho, la Rosaleda del parque del Oeste, Juan Carlos I, Juan Pablo II, Quinta de Fuente del Berro, Quinta de los Molinos, Quinta Torre Arias y el parque Lineal del Manzanares.
La medida responde a la alerta emitida por la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), que prevé rachas de viento de hasta 85 kilómetros por hora y temperaturas que podrían alcanzar los 37°C durante la tarde, lo que incrementa el riesgo de caída de ramas y árboles.
El protocolo municipal, vigente desde 2019, establece el cierre de El Retiro y otras zonas verdes cuando se superan determinados umbrales de temperatura y viento, con el objetivo de “garantizar la seguridad de los visitantes y del personal del parque”.
Según datos del Ayuntamiento, solo se cierra el 1 % del tiempo, pero durante esos periodos se produce el 80 % de las caídas de ramas y árboles, lo que, según el consistorio, justificaría la medida como “ponderada y necesaria para evitar accidentes graves”. La reapertura de los parques queda supeditada a la evaluación de los técnicos municipales, que revisan el estado del arbolado antes de permitir el acceso de nuevo al público.
El cierre “preventivo” de El Retiro y otros parques ha generado malestar entre los usuarios y asociaciones vecinales, que critican la falta de alternativas y reclaman una revisión del protocolo para evitar cierres totales, especialmente en episodios de calor extremo, cuando más se necesita el uso de espacios verdes.
Desde la oposición municipal y colectivos ecologistas se insiste en la necesidad de individualizar los protocolos por parque y actualizar el inventario del arbolado, mientras el Ayuntamiento defiende que la actual normativa prioriza la “seguridad” y “responde a criterios técnicos avalados por la AEMET”.
Lonas en la Puerta del Sol
En paralelo al cierre de los parques, la polémica por la lona instalada en la Puerta del Sol ha intensificado el debate sobre el acceso a espacios públicos en Madrid durante la ola de calor. La lona, colocada por el Ayuntamiento como “medida provisional para proporcionar sombra” en una de las plazas más emblemáticas de la ciudad, ha recibido críticas tanto de vecinos como de colectivos ecologistas y arquitectos, que consideran insuficiente la solución y denuncian la falta de planificación estructural para combatir el calor en el espacio urbano.
Esta controversia se suma al malestar generado por el cierre de zonas verdes, evidenciando la demanda de alternativas reales para hacer frente a las altas temperaturas y garantizar el derecho al uso de los espacios públicos en condiciones de seguridad y confort.
