El presidente de los Estados Unidos de América, Donald Trump, afirmó tras los recientes bombardeos sobre los complejos nucleares de Fordow, Natanz e Isfahán en la República Islámica de Irán la operación había sido un “éxito rotundo” y que el país persa “había perdido por completo su capacidad para desarrollar armas nucleares”. Sin embargo, medios como CNN y The New York Times, citando informes del Departamento de Defensa, sostienen que los ataques no destruyeron la infraestructura nuclear iraní, sino que “únicamente consiguieron retrasar sus actividades entre dos y tres meses”.
Desde Irán, el portavoz de la Organización de Energía Atómica, Behrouz Kamalvandi, declaró en la televisión estatal que el país mantiene sus conocimientos y recursos para continuar con el programa nuclear. Además, el director del Organismo Internacional de Energía Atómica, Rafael Grossi, confirmó que Irán había trasladado parte de su uranio enriquecido a lugares seguros antes de los bombardeos, minimizando así los daños.
Mientras la Casa Blanca y Trump insisten en que “la operación cumplió sus objetivos”, el propio Pentágono reconoce que los bombardeos no lograron eliminar la capacidad nuclear iraní. El episodio ha generado debate en Estados Unidos sobre la eficacia de los ataques y ha provocado tensiones diplomáticas, mientras el alto el fuego entre Irán e Israel sigue siendo frágil tras nuevos incidentes fronterizos.