El Ejército español ha recibido las primeras unidades del Leopard 2A8, el modelo más avanzado de carro de combate del mercado europeo, resultado de la colaboración entre Rheinmetall y Krauss-Maffei Wegmann. Equipado con un blindaje modular multicapa de acero, cerámica y materiales compuestos, el Leopard 2A8 incorpora el sistema activo EuroTrophy —desarrollado junto a Rafael, General Dynamics y KMW— capaz de interceptar proyectiles y misiles antes del impacto, una protección inédita en la flota española y fundamental ante el auge de drones y armas antitanque modernas. Su introducción en el Estado español se produce tras negociaciones paralelas de compra en Alemania, Países Bajos y la República Checa, reforzando su papel de eje en el rearme europeo.

El cañón Rheinmetall L55A1 de 120mm permite al Leopard 2A8 disparar proyectiles de energía cinética, cargas huecas y munición programable DM11, logrando una precisión de tiro inédita en movimiento —gracias a su sistema digital de control de fuego y sensores térmicos/ópticos de última generación— y operatividad tanto de día como de noche. A nivel de potencia, el motor diésel MTU MB 873 Ka-501 entrega 1.500 caballos, permitiendo a las cerca de 70 toneladas del tanque alcanzar los 70 km/h y superar obstáculos extremos, con una autonomía estimada de 450 kilómetros según los estándares de Rheinmetall y KMW, recoge el Confidencial Digital.

A nivel táctico y estratégico, el Leopard 2A8 permite al Estado español "reforzar la interoperabilidad plena" con las fuerzas aliadas de la OTAN y avanzar hacia un armamento unificado frente a lo que denominan como "amenazas convencionales o híbridas". El modelo cuenta con inteligencia artificial embebida en los sistemas de mando y control, red interna digital y comunicación cifrada para coordinar movimientos en tiempo real con otras fuerzas terrestres y de apoyo, modernizando la gestión del combate y evitando la obsolescencia técnica de sus predecesores como el Leopard 2A4.

El coste de cada unidad ronda los 28-29 millones de euros, cifra muy superior a los Leopard 2A4 (y también al M1 Abrams estadounidense o al ruso T-14 Armata), pero incluye sensores, sistemas activos y capacidades autónomas hasta ahora inéditas en tanques españoles. Para expertos citados por Army Recognition y Pro.Digital, esta inversión situaría al Estado español “en la vanguardia del combate terrestre, capaz de responder a escenarios de alta intensidad y de disuasión en el flanco este de Europa”.

Sin embargo, persisten dudas sobre la logística, la sostenibilidad financiera e industrial y el suministro de estos vehículos militares avanzados y caros en una situación de guerra convencional. Especialmente después de la guerra de Ucrania, que ha demostrado las deficiencias de la industria militar europea y occidental en general.