Venezuela se prepara para un día clave este viernes 10 de enero, cuando Nicolás Maduro será investido como presidente para un nuevo mandato de seis años. Mientras el Gobierno despliega un gran operativo de seguridad, incluyendo la activación del “Órgano de Defensa Integral” (ODI) y la presencia de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) y la Milicia Bolivariana, la oposición en el interior liderada por María Corina Machado ha llamado a una jornada nacional de protestas, denominada “día D”. Este enfrentamiento se produce en un contexto de alta polarización, detenciones, desapariciones y varios actores internacionales observando de cerca.
En paralelo, el líder opositor Edmundo González, quien asegura ser “el verdadero ganador de las elecciones”, continúa su gira internacional buscando respaldo político; en estos momentos, en República Dominicana, según indica RTVE. Ha visitado países como Argentina, Uruguay y Estados Unidos, reuniéndose con líderes políticos, incluyendo figuras cercanas al presidente electo Donald Trump. Aunque ha recibido apoyo simbólico, especialmente de actores republicanos, el compromiso concreto de Washington hacia su causa aún no es claro, con ecos de los fracasos de intentos similares en el pasado, como el caso de Juan Guaidó en 2019.
La movilización del Gobierno y la oposición muestra un país al borde del enfrentamiento. Maduro, respaldado por sectores militares y sociales, promete una defensa férrea de su mandato, mientras que la oposición se enfrenta al desafío de movilizar a la ciudadanía tras múltiples convocatorias con resultados modestos. Con un despliegue significativo de fuerzas sociales y un clima de incertidumbre, el país se acerca a un momento decisivo que podría marcar el rumbo de los próximos años.
