Movilizaciones en defensa de la sanidad pública en Euskal Herria

Miles de personas salieron a la calle el sábado, en protesta contra el colapso en urgencias, la falta de médicos y el deterioro del sistema sanitario vasco.

Manifestación del 1 de enero por la sanidad pública en Bilbao.
Foto: Ecuador Etxea

Este fin de semana, miles de vascos y vascas salieron a las calles de Bilbo (Bizkaia), Gasteiz (Araba) y Donostia (Gipuzkoa), para exigir mejoras en la sanidad pública y denunciar el colapso de los servicios de urgencias, la falta de personal médico y las largas listas de espera. Convocadas por plataformas como OPA Herri Plataformak y respaldadas por colectivos sociales y sindicales, las movilizaciones muestran el creciente malestar de la población ante el deterioro del sistema de salud y el temor a una progresiva privatización.

Las protestas surgen en un contexto de creciente preocupación por la gestión sanitaria en la Comunidad Autónoma Vasca. Según los organizadores, los recortes en la atención primaria, la sobrecarga laboral de los profesionales sanitarios y la infrafinanciación de Osakidetza han llevado al sistema “a una crisis sin precedentes”. Denuncian que muchos centros de salud operan sin médicos suficientes, obligando a los pacientes a trasladarse a otras localidades para recibir atención. Además, las urgencias hospitalarias se encuentran saturadas, con pacientes atendidos en los pasillos debido a la falta de recursos.

Desde el Gobierno Vasco, el consejero de Salud, Alberto Martínez, ha defendido su gestión y asegurado que las listas de espera han disminuido en los últimos meses. Sin embargo, las plataformas denuncian que los tiempos de espera para atención especializada aún superan los 19 meses en algunos casos. También cuestionan la supuesta reducción del desvío de pacientes a la sanidad privada, argumentando que los presupuestos destinados a clínicas privadas han aumentado en los últimos años. Ante este panorama, los manifestantes insisten en “la necesidad de más inversión en el sistema público” y exigen “medidas estructurales” que garanticen una sanidad universal, accesible y de calidad.