Los Estados Unidos de América han considerado ofrecer a la República Islámica de Irán el acceso a miles de millones de dólares y la relajación de sanciones económicas como parte de un paquete de incentivos para que las autoridades iraníes regresen a la mesa de negociación sobre su programa nuclear, según han confirmado fuentes de la administración estadounidense a la cadena CNN y la agencia EFE. Las propuestas, que se encuentran en fase preliminar, incluyen entre 20.000 y 30.000 millones de dólares en inversiones procedentes de Oriente Medio para el desarrollo de un programa nuclear iraní exclusivamente civil, así como el desbloqueo de unos 6.000 millones de dólares de fondos iraníes retenidos en el extranjero y la eliminación de algunas sanciones económicas.
El objetivo de Washington es que Teherán acepte el cese total del enriquecimiento de uranio; conditio sine qua non para el Gobierno estadounidense y que Teherán ha rechazado en anteriores ocasiones. Los incentivos también contemplan el pago del coste de reemplazo de la instalación nuclear de Fordó, dañada durante los recientes bombardeos estadounidenses sobre instalaciones nucleares iraníes.
Según la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, “la vía diplomática sigue abierta” a pesar de la reciente escalada militar, y el presidente Donald Trump ha anunciado que funcionarios de ambos países podrían reunirse la próxima semana para intentar alcanzar un pacto.
Por su parte, el Gobierno iraní no ha confirmado la existencia de un plan concreto para reanudar las negociaciones. El ministro de Exteriores de Irán, Abbas Araghchi, declaró el jueves en la televisión pública que “no hay aún ningún plan para comenzar negociaciones”, y calificó de especulaciones las informaciones sobre contactos inminentes. El ciclo anterior de conversaciones, previsto para mediados de junio en Omán, fue cancelado tras los ataques israelíes y estadounidenses unilaterales contra instalaciones nucleares iraníes.
Mientras tanto, informes de inteligencia estadounidenses afirman que los recientes bombardeos solo habrían provocado un retroceso temporal en el programa nuclear iraní, estimado en unos meses, y no han destruido completamente la capacidad nuclear de Irán, como había afirmado previamente el presidente Trump.