China abre su 'Ruta de la Seda Polar' acelerando el comercio con Europa
Un carguero chino reduce a la mitad el tiempo de entrega cruzando el Ártico, mientras EE.UU. se apresura a encargar 11 rompehielos a Finlandia.

En un nuevo hito para el comercio internacional, el portacontenedores chino Istanbul Bridge completó una travesía histórica por la Ruta Marítima del Norte en el Ártico, un corredor que une China con puertos europeos estratégicos como Felixstowe, Hamburgo y Róterdam. La nave entregó alrededor de 4.000 contenedores —con baterías de iones de litio y posiblemente componentes para coches eléctricos— en tan solo 20 días, en comparación con los 40-50 días habituales por el Canal de Suez (Egipto). Esta ruta, según resaltaban el director de operaciones Li Xiaobin y el CEO Fang Yi de la naviera Sea Legend Line Limited, ha sido posible por el calentamiento global. A ojos de las empresas exportadoras, este fenómeno que amenaza con subir el nivel del mar produce una oportunidad de negocio perversa: la reducción del hielo marino abre una vía más rápida y, paradójicamente, "reduce un 30% las emisiones de CO₂", además de "mejorar la eficiencia logística".
Con esta operación, Pekín pulsa el acelerador y se mantiene a la cabeza del comercio internacional, disminuyendo su dependencia de rutas tradicionales vulnerables y bajo presión geopolítica occidental, fortaleciendo así su acceso al segundo mercado más grande del mundo, Europa, donde sus exportaciones interanuales marcaban un 14% interanual en septiembre de este año. La iniciativa forma parte de la denominada Ruta de la Seda de Hielo, impulsada en colaboración con Moscú.

En respuesta a este giro de timón en el comercio marítimo mundial, Estados Unidos ha firmado un acuerdo con Finlandia para la compra de once rompehielos, valorados en cerca de 6.100 millones de dólares, cuatro de ellos a fabricar en Finlandia y el resto en EE.UU., que operarán con la Guardia Costera estadounidense. La acción forma parte de una apuesta para reforzar la presencia militar y económica estadounidense en la región ártica frente a la expansión china y rusa, lo que vuelve a subrayar la importancia creciente del Ártico en la disputa geopolítica global.
El presidente finlandés Alexander Stubb y el estadounidense Donald Trump destacaron la cooperación bilateral y la "colaboración con Europa" para garantizar su operatividad en la región y asegurar una "presión conjunta" a Rusia para "poner fin a su guerra en Ucrania".
La pugna por el dominio del Ártico muestra la intensificación de la competencia acelerada en el comercio mundial sobre recursos naturales, con la búsqueda de rutas alternativas y la rápida transformación del comercio marítimo como punta del iceberg de en un escenario climático y geopolítico cambiante.