La primera de las dos jornadas de huelga convocadas en el sector del metal en la provincia de Barcelona provocó una paralización casi total de la producción en las plantas de Ebro, filial de la empresa china Chery, y afectó significativamente al ensamblaje de vehículos en la planta de Seat en Martorell. Estos paros, que han sido secundados por cerca de 180.000 trabajadores, surgen tras el fracaso de la mediación con las empresas en la negociación del convenio colectivo, en un contexto de crecientes demandas por mejores condiciones laborales y ajustes salariales que reflejan la presión inflacionaria y la precarización del sector.

Durante la primera jornada, el seguimiento del paro ha sido absoluto en las principales fábricas del sector, con plantas emblemáticas como Ebro, La Farga, Ficosa, Gestamp y Mecalux detenidas completamente, según han reportado los propios trabajadores. Aunque cifras oficiales de la patronal multisectorial Cecot reflejan un seguimiento inferior, los cortes y bloqueos en vías clave como la ronda litoral y la C-32 han colapsado la movilidad en la capital catalana, lo que evidencia una significativa capacidad de movilización y presión por parte de la plantilla.

La impugnación de la patronal a las demandas salariales y de reducción de jornada ha generado una confrontación aguda. La Unión Patronal Metalúrgica (UPM), ha asegurado que presentó el lunes una propuesta "equilibrada" y que "debería haber sido suficiente para desconvocar la huelga". Sin embargo, los trabajadores constatan que la propuesta económica de la patronal es insuficiente para compensar la pérdida de poder adquisitivo real y afirman que están "en pie de guerra". La protesta frente a la sede de Foment del Treball (patronal catalana), que reunió a más de mil trabajadores, fue una clara expresión de rechazo a la persistencia patronal en bloquear cambios significativos en el convenio colectivo, denunciando la resistencia a aplicar permisos retribuidos y otras reivindicaciones laborales clave.

Las expectativas para la segunda jornada de huelga, prevista para hoy jueves, son de continuidad en la movilización, con los trabajadores decididos a mantener la presión hasta obtener una respuesta favorable de la patronal. Los sindicatos avisan de que la postura de los empresarios puede derivar en un conflicto prolongado, con repercusiones no solo económicas sino también sociales para el conjunto de la economía catalana, dado el peso estratégico del sector metalúrgico e industrial en la región.