El Gobierno de los Estados Unidos de América, presidido por Donald Trump, ha ordenado la suspensión temporal de las redadas masivas racistas contra trabajadores migrantes en sectores clave como la agricultura y la hostelería.
La medida ha sido comunicada al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) mediante un correo electrónico oficial enviado el jueves, según revela The New York Times y confirman funcionarios estadounidenses a EFE y DW.
La portavoz del Departamento de Seguridad Nacional, Tricia McLaughlin, declara que se obedecerán “las instrucciones del presidente” y que el departamento “continuará trabajando para sacar de las calles de Estados Unidos a los peores delincuentes extranjeros ilegales”.
La decisión llega tras semanas de protestas en ciudades como Los Ángeles y después de que Trump reconociera públicamente que las redadas estaban afectando negativamente a la industria agrícola, especialmente en estados como California, donde la fuerza de trabajo inmigrante es imprescindible para el funcionamiento del sector.
Diversos medios señalan que el presidente busca evitar un mayor desgaste en el apoyo de circunscripciones electorales estratégicas de cara a las elecciones legislativas de 2026, ya que la campaña de arrestos indiscriminados estaba perjudicando a industrias y distritos clave.
Las nuevas directrices ordenan la “suspensión de todas las investigaciones y operaciones de cumplimiento de la ley en lugares de trabajo en el sector agrícola, incluyendo acuicultura y plantas empacadoras de carne, así como en restaurantes y hoteles”.
Pese a la pausa en estos sectores, la administración Trump mantiene su política de mano dura y ha reiterado su intención de continuar las operaciones contra inmigrantes considerados “criminales” en otros ámbitos.