Las autoridades penitenciarias españolas mantienen cautiva a la presa política comunista del GRAPO Maria Jose Baños Andújar en la cárcel de Murcia II (Campos del Río). En una carta escrita el 17 de noviembre, la presa ha explicado las últimas maniobras sucias que ha sufrido en prisión. Los funcionarios han intentado chantajearla, ofreciéndole la concesión del tercer grado, pero con ciertas condiciones: primero una educadora social le dijo que tendría que pagar una cantidad de dinero cada mes, y después un jurista le trasladó que tendría que “pedir perdón” y “firmar una condena” [una declaración de arrepentimiento].

Ante ello, la respuesta de Baños fue firme, según relata en la carta: “Le dije que sí, que yo condeno todo el Terrorismo de Estado y la corrupción”. Entonces apareció la educadora social, defendiendo que “no se había dado cuenta de que había más condiciones” para concederle el tercer grado. “Les dije que no a todo, ya me han clasificado y está claro que no me van a dar el tercer grado”, añade la presa política en el escrito.

También ha denunciado lo que ocurrió después: “Conociendo mi salud física y mental, [la educadora social] me dijo que si era consciente de que puedo morir en estos dos años que me quedan. Creo que es un chantaje emocional asqueroso”. Como recordó el portal PRES.O.S el pasado agosto, la Audiencia Nacional reconoció el pasado marzo, mediante un auto, que la Junta de Tratamiento de Murcia II tiene competencia para ingresar a Maria Jose en tercer grado, un paso imprescindible antes de conceder la libertad condicional. Sin embargo, no lo hace.

El mismo portal denunció, además, que en el caso de Baños puede observarse “un patrón represivo contra los presos políticos enfermos”. De hecho, el mismo auto de la Audiencia Nacional admitía que Baños padece “una enfermedad grave e incurable” y que “estar en prisión no contribuye precisamente a su mejora”. Aun así, aunque la abogada de la presa política pidió su liberación, el tribunal rechazó la solicitud.

El preso político Marcos Martin Ponce informó el pasado junio, mediante una carta, de que en la cárcel le niegan por completo a María José la atención sanitaria que necesita, agravando su situación: “No puede subir ni un piso, pesa 44 kilos y sufre trastornos alimentarios y arterioesclerosis, sin ningún tratamiento médico ni psicológico”. El compañero de Baños señaló además que esa falta de atención forma parte de la estrategia del Estado español para castigar aún más a los presos políticos.